Semana Mundial del Parto Respetado
“Por el derecho a parir y nacer como quieras, donde quieras y con quien quieras”
La forma en que las mujeres parimos ha sido intervenida por el hombre desde hace ya muchos años. De la mano del avance de la tecnología y la práctica médica, el proceso del parto y nacimiento se fue alejando de aquel espacio privado de la mujer, parte fundamental de su vida sexual, y se fue convirtiendo en un proceso digitado y medicalizado que, muchas veces, en lugar de devenir en mejores condiciones para la salud de la mujer y la del recién nacido, resultó de gran perjuicio.
La cesárea -una operación de cirugía mayor que en la actualidad se encuentra completamente naturalizada-, se convirtió en una epidemia que amenaza la vida de las mujeres, ya que el riesgo de muerte se incrementa de 7 a 10 veces con respecto del parto vaginal. En este sentido, la OMS establece que el índice de cesáreas debería oscilar entre el 10 y el 15% del total de nacimientos, cifra ampliamente superada en nuestro país.
Con la intención de regular este aspecto y muchos otros que hacen a la Violencia Obstétrica (tipo de violencia ejercida contra la mujer que ha sido invisibilizada y naturalizada durante muchísimo tiempo), en 2004 se sancionó la ley Nº 25.929, de Derechos de Padres e Hijos durante el Proceso de Nacimiento, de vigencia en todo el territorio nacional a partir de noviembre de 2004, pero aún sin reglamentar.
Esta ley regula los derechos de las mujeres y varones en el proceso del parto y nacimiento, los derechos del recién nacido y los derechos de los padres y madres de personas recién nacidas en situación de riesgo. El incumplimiento de estas obligaciones será considerado una falta grave, según establece en su artículo 5º la misma ley, y puede ser denunciado a través del 0-800-222-3444 que el Ministerio de Salud de la Nación puso a disposición de la población como Línea de Salud Sexual. Cuando no le brindan a la mujer un trato respetuoso antes, durante o después del parto; cuando abusan de las medicinas innecesarias para acelerar el parto, no respetando los tiempos fisiológicos de cada una; cuando no le consultan acerca de las prácticas que van a realizar sobre su propio cuerpo, tratándola como una enferma; cuando no le permiten estar acompañada, o cuando no la atienden rápido, bien y de manera confidencial en una situación post aborto estamos frente a una situación de violencia obstétrica.
Este año, el lema de la Semana del Parto Respetado a nivel mundial es “Por el Derecho a Parir y Nacer como quieras, donde quieras y con quien quieras”, reivindicando el derecho a la información y a la libre elección de la mujer –principal protagonista de su propio parto y quien tiene en su interior el saber ancestral acerca de la mejor forma de parir- y de su familia.
Un parto y nacimiento amorosos, respetados, cálidos, donde la mujer y su bebé puedan sentir plena confianza, tranquilidad, seguridad y cercanía serán fundamentales para que esa nueva vida que está naciendo pueda ser una vida más plena. La forma en que nacemos marcará, sin lugar a dudas, la forma en que viviremos.